Liturgias: Shu
Piezas:
- Shen - 神
- Pa Kua - 八卦
- Wu Wei - 無為
- Liang Li - 兩李
- Peng - 鵬
- Lan Caihe - 藍采和
- Yubu - 禹步
- Neidan - 內丹術
- Qiu Shui - 秋水
Composición, concepto y sintetizadores: Leonel Elizondo
Guitarra: Francisco Santarella (9)
Edición y mezcla: Franco Montes y Leonel Elizondo
Portada: Franco Montes y Leonel Elizondo, sobre Mil li de ríos y montañas (千里江山圖), única obra de Wang Ximeng (1096-1119), pintor de breve vida, a pedido del emperador Huizong, entusiasta taoísta.
Tercera Liturgia Arbórea: aquí hago flecha al corazón para arrojarlo hacia el Reino del Medio, antiguo campo fértil de poetas, magos y filósofos universales. Sin duda, el Taoísmo (y su abierta posibilidad de Taoísmos, en plural) es uno de mis refugios; el contrapeso necesario a esas elucubraciones cuyas audacias se tornan inútiles, o la mano que me devuelve a la bella inmediatez.
El campo tímbrico elegido, curiosamente, es el más contemporáneo: masas de sintetizadores que, si me permiten la sinestesia, me parecen muy fucsias.
Ojalá sea de provecho.
Que Los Dioses y Las Diosas les sean propicios. Todos al fin; los que les pertenezcan, un poco más.
Leonel
Dadong Zhenjing - Escritura de la Gran Cueva del Taoismo Shanqing
Shu era el nombre de
cierto árbol nudoso, "feo", de ramas demasiado torcidas como para servir a los
capinteros; al lado del camino, le pasaban de largo. Conservaba su integridad,
no como las buenas y bellas maderas, cuyo destino siempre resulta ser el corte.
Con todo, podía tener algún provecho, aunque no fuese el ávidamente deseado:
daba sombra, se podía descansar debajo suyo. Algo elemental.
¡China, China, China! De las pocas tierras del mundo en que los funcionarios eran evaluados, entre otras cosas, por su destreza poética. Mucho he escrito ya en esta pobre parcela sola en la gran telaraña de litio, llamado blog. Por ello me insto a pasar lo más pronto posible a las explicas sonoras, por si son facilitadoras.
En concepto quise abrazar algo de del taoísmo, con pizcas de la religión popular del país. El primero, y quizás también el segundo, imbricados, tienen muchas vertientes: la hechicera y la filosófica, la actitudinal y la religiosa, la mítica y la práctica. Pude reencauzar muchos instrumentales juvenéreos y adúlticos (incluyendo ideas de la banda sonora de Tu Voz Entre las Voces) hacia un marco común. Hubo poco espacio para influencias directas, aunque las hubo; la existencia en virtual del Instituto de Música de Taiwán se agradece.
Trata de ser, pues, como las diez mil cosas, como el inapalabrable rumbo natural: multiforme, o más que el típico y muy virginiano agrupamiento de timbres al que tengo acostumbradas a las dos o tres personas que escucharon de corrido todo lo que hago.
Las fuentes (¡y jamás podré usar mejor esta palabra que acá!) fueron los tres clásicos: Lao Zi, Lie Zi y con más gusto, Zhuang Zi; estas dos últimas en una edición preciosísima, bien comentada, por Iñaki Preciado Idoeta. No me olvido de mis dos compilados de poesía antigua, una antología de Tao Yuanming y otra de autores vietnamitas de todas las épocas, traducidas por un cubano entusiasta en la década del 70. Finalmente, los contemporáneos Eva Wong, François Jullien, Alan Watts y, especialmente, François Cheng con La escritura poética china seguido de una antología de poemas de los Tang (2006) que me parece el gran jade capturado en mi segundo año de estudiante de la UNA. En la bibliografía al final seré más preciso.
¡Pero no tanto! Lie Zi, en su segundo capítulo, cuenta que al preguntarle a cierto buen nadador capaz de saltar cataratas, este respondió muchas cosas, de las que destaco las siguientes:
No tengo método, empecé por costumbre, luego creció en mi como naturaleza hasta convertirse en parte de mi sino [...] me dejo aspirar por el remolino y dejo que me lleve a flote [...] me adapto al Tao de las aguas sin tomar ninguna iniciativa [...] yo nací en estas colinas y vivido gustosamente [...] en el agua me encuentro a gusto, no sé porqué soy así [...]
Piezas:
· Shen - 神
Como la incaica Waka, la japonesa Kami y la mexica Teotl, encontramos otra palabra porosa. Un par de brazos que atrapa otras: lo espiritual, lo avasallante, lo ancestral, lo precioso, lo divino, lo mágico... Todo se funde hasta ser Shen.
En cuanto a lo musical en sí, descubrí (aunque no me adjudico ninguna pionería, pues otros seguro lo hicieron) un ciclo de cuatro acordes de matiz bastante esperanzador: simplemente hay que tomar cualquier mayor y desplazarse hacia su tercera menor: repitiéndolo se irá inexorablemente al primero. De esto consta el estribillo.
· Pa Kua - 八卦
Por detrás y por delante de las cosas, y por qué no, dentro, danzan las fuerzas todas, resumidas en ocho aptitudes que conforman, junto al celebérrimo Taiji, el fundamento de toda especulación más allá del propio taoísmo. Elegí representar musicalmente al Pa Kua por ser la columna vertebral del I Ching, mancia con la que me dejo ser.
Lo sónico es una improvisación que trata de imitar al guqin, sobre una escala inventada, extensión del track usado para sonorizar un retazo de la ya mencionada obra de Rodrigo Martini.
· Wu Wei - 無為
El gran concejo taoísta: la acción que no es motivada por el capricho, la violencia ni ninguna ganancia subrepticia, pudiendo ser entonces rodeo, sencillez, parsimonia e incluso inacción, aunque esto se haya exagerado en críticas superficiales. Lo más cercano deba ser acaso la palabra espontaneidad. Moverse como se mueve el resto de las cosas; el viejo Lao insistirá en que, de esta forma, nada se deja de hacer.
Estos acordes también fueron utilizados en el corto de Ruy. Aquí es un desarrollo.
· Liang Li - 兩李
Usé la expresión "Dos Li" para captar a un par de poetas Tang merecedores de todo afecto, que aunque distanciados en estilos, tomaron como savia la misma imaginería taoísta: el primero es el afamado Li Bai (701-762) o Li Po, errante y culto caballero que iba riendo con la espada en la diestra, mientras que con la zurda agitaba un jarrón de vino. El otro es Li He (791-817), ignoto jovenzuelo lapidado de tuberculosis, cuya marca personal fue su sordidez y surrealismo chamánico.
Intenté acordes de alegría que serán Bai y de tristeza que vendrán a ser He, entretanto y subterráneamente una melodía los enlaza.
· Peng – 鵬
Zhuang Zi empieza su libro hablándonos de una titánica ave que otrora fue ballena y ahora levanta kilométricas espumas volando gracias al viento del sexto mes. Lo pequeño aquí se burlará del aparente derroche de lo grande.
Una armonía que salta sobre otra, formando un nuevo acorde complejo y recomponiéndose en uno más simple. Mientras tanto, el viento creciente prepara despegue de la tierra.
· Lan Caihe – 藍采和
Le inmortal taoíste: pertenece al grupo de ocho figuras santas y patrocina la horticultura. Los siglos le han descrito mujer, hombre fluido, joven, persona mayor... Nada parece dictaminar un sexo definitorio, en lo que me parece encontrar algunas intuiciones queer, de las muchas que encontraremos en la preciosa Antigüedad.
Alegre, quizás esta sea la pieza más evocadoramente oriental, por su pentafonía, bends y microtonalidades.
· Yubu - 禹步
Hace cuatro mil años, un emperador ctónico de nombre Yu se puso a danzar siguiendo los patrones dibujados en las constelaciones, para replicarlas en este plano y, por consiguiente, embeberse de ellas. Claramente, aquel hombre era también un artista, un poeta, y algo astrólogo. Perdido en los anales de lo legendario, se lo venera empero por buen gobernante, y por frenar las terribles inundaciones de su tiempo.
Creo que aquí, las protagonistas son las perillas del sintetizador, o sensuales pezones eléctricos.
· Neidan - 內丹術
Wong nos cuenta que la alquimia externa, con sus ingestas de minerales peligrosos, se fue desvaneciendo hacia el 1000 de nuestra era. Chang Po Tuan (987-1082) ya ubicaba los hornos hirvientes dentro, entre otras metáforas. ¡Pensar que de este lado tendríamos que esperar a Paracelso, o mejor a Jung, para despejar todas las dudas!
Entonces se empieza hablar de alquimia interna: cultivar del cuerpo/alma para la buena salud, definida en tanto conservación de las energías interiores, dispersas en este momento humano de alejamiento del Tao. Con calistenia, relajación, masajes, artes marciales, tranquilidad y un trabajo respiratorio progresivo, se logrará.
Un ritmo al que quise lo más cercano que pude a los golpes del bianzhong, en tanto conversan motivos.
· Qiu Shui - 秋水
Uno de mis capítulos favoritos del Zhuang Zi, de principio a fin; es el número diecisiete, y harto probable que su atribución tienda al discipulado antes que al maestro. No interesa. Habla de lo limitado de la erudición y la fanfarronería del político; de la relatividad de las cosas y su entrelazada infinitud; de la estupidez de guiarse sólo por el Cielo Yang sin la Tierra Yin (falta en que han incurrido hasta algunos chinos) o a la inversa; de ampliar el espíritu como lo hacen los Dioses, que protegen sin distinción... Esto y mucho más, con ensoñación y agudeza a la par.
Aquí mi querido amigo, el luchador, vuelve a la guitarra tras unos años de brete.
A las crecidas de otoño va esta última ofrenda.