Liturgias: Kapok
Todos los adeptos creen en la existencia de seres espirituales que viven en algún sitio del universo en estrecha intimidad con los humanos a quienes dominan.
Estos seres invisibles constituyen un Olimpo innumerable formado por dioses. Los más grandes reciben el nombre de Papa o gran Maestro y tienen derecho a homenajes particulares.
El Vaoudou es una religión porque el culto dedicado a sus dioses exige un cuerpo sacerdotal jerarquizado, una sociedad de fieles, templos, altares, ceremonias y una tradición oral que es cierto no ha llegado sin alteración, pero gracias a la cual se transmiten las partes esenciales de dicho culto.
Jean Price-Mars (1876-1969)
Ainsi Parla l'Oncle: Essais D'Ethnographie, 1928.
La segunda Liturgia Arbórea es hacia el vuduísmo, religión bastardeada por el entretenimiento pochoclo, retribuida en masas solo recientes, en cabezas descontentas con las baratijas culturales.
La vieja isla de Quisqueya, hoy Haití, fue suelo de los principios: los primeros en sufrir el ojo, luego pie aurópata europeo; los primeros quemados por rebeldía (¡Hatuey!); los primeros indios masacrados; los primeros africanos traídos; los primeros hispanoamericanos en sacarse el pie; el primer estado del mundo "moderno" con jefatura negra y quitada de su yugo.
Pero los pioneros siempre sufren en demasía: sacar la cabeza antes que los demás es recibir la mayoría de los piedrazos.
¿Cómo no sufrir si te imponen una "deuda" desde Francia por las pérdidas tras la Revolución? ¿Cómo no tambalearte con una secesión como lo fue la dominicana? ¿Cómo no romperte si sucesivamente te clavan los dientes españoles, franceses, estadounidenses, alemanes? Reyes y emperadores negros caídos, golpes de estado, crisis, dictadores, pandillas, desastres naturales...
Es en este contexto social y físico en el que puede florecer una cohorte de deidades y prácticas hechiceras que abrazan todos los momentos de la vida haitiana: las serpientes Simbi y sus jefes, dispensadores de fortuna; la reverencia hacia el poderoso Agwe que abraza con espumas la isla; el beneplácito infaltable de Legba ante cualquier obra de la magia; el baile como poema corporal a las fuerzas divinas; la hermandad de sus deidades con las veneradas por los pueblos bantúes; la música como matriz de un ritual que devuelve las almas a la Guinea sagrada, y a su vez integra al individuo nuevamente al cosmos; la fidelidad al rito y al tabú que morigera el capricho...
Además de los momentos, también abrazan los espacios: dinámica y contextual, hay infinitud de variaciones en las naturalezas, nombres y hasta en las entidades mismas que se pueden venerar.
Me debo enteramente a las labores investigativas en virtual de Elizabeth McCalister, profesora de Religión, y Daniel Mirabeau, etnólogo y músico; en físico no podía faltar, por supuesto, Luz María Montiel en su El Exilio de Los Dioses como puntapié inicial, misma obra utilizada para los basamentos de lo que fue mi proyecto fílmico eléctrico Ile Kay | Aiye Pacha. Hacia las etapas finales tomé contacto con la obra de la coreógrafa, escritora y cineasta Maya Deren (1917-1961) de origen ucraniano, convertida en manbo luego de su experiencia —académica/artística en principio— con la religión. Su libro Divine Horsemen: The Living Gods of Haiti es una gema cuya traducción al español es más que urgente.
También agradezco el aporte generoso a los interesados de Alex Batagi, sacerdote contemporáneo, desde su blog abierto a las preguntas, el cual consigno debajo.
Musicalmente, encontré un enorme apoyo en el recientemente fallecido Pharoah Sanders, en quien estuve haciendo un ingreso lento, sesudo: dignos de mención sus discos Deaf Dumb Blind (1970) y Thembi (1971). Es a él, a John y Alice Coltrane siempre presentes, a sus triples memorias, donde va una porción pequeña de estas gratitudes específicas. Incluyo en ellas, como cita obligada nacional, al legendario Frisner Augustin (1948-2012) espada de los percusionistas haitianos, así como a Ti RoRo (¿? - 1980) a Guy Durosier (1932-1999) y a la inabarcable Maya, con su recopilación Voices of Haiti.
En la ex Santo Domingo florece el Mapou (Ceiba pentandra L.) árbol reverenciado, jamás cortado, responsorio de los Loas y además, con poder por sí mismo, cosa no común en el sistema que nos reúne. Desde el idioma créol lo llaman Kapok. Tarter (2015) nos cuenta todo esto y se vale de otros autores, como el insoslayable Alfred Metraux, para afirmar un culto simpático que, probablemente, le profesaron también los taínos, pobladores originales.
Hasta aquí lo intelectualante. De aquí en más, la corazonada.
Ojalá sea de provecho.
Que Los Dioses y Las Diosas les sean propicios. Todos al fin; los que les pertenezcan, un poco más.
Leonel
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¨Primer esbozo de portada: una versión personal de un Milokan, o fusión de vevés. Los Dioses buscados por este diseño serian Ayida, Legba, Ogun y Baron Samedi
Temas:
- Potomitan
- Wete mon nan Dlo
- Vevé
- Radá/Petró
- Chwal
- Cécile
- Mét Tét
- Lafrik Guinen
- Maryaj Lwa
1. Potomitan: es el pilar centro de los templos y el eje cósmico vincular de los practicantes entre ellos, de ellos hacia Los Loas, y viceversa. Hecho de un árbol a veces vivo, enraiza en el Inconsciente Colectivo más desfronterizado y fraternal (¿Qué habrá en la "fr"?) pues intenciones análogas tuvieron los vikingos con el Yggdrasil, los hindúes con el baniano, árbol del Krishna revelado en el Gita, los araucanos con el Rehue por el que las machis trepan...
Acá pude tomar un viejo afrobeat que tenía hecho y meterle algo de rumba y gagá. Las piruetas rojas chispeantes corren por cuenta de Fran.
2. Wete mò nan dlo: nombre dado a un tipo especial de ceremonia en la que el alma de un muerto, la gwo bon anj, debe pasar un año de purificación en las aguas de Agwe, luego del cual, deseoso de calor, querrá abandonarlas. La familia del difunto puede traer el alma desde dichas aguas, guardarlas en vasijas y comunicarse con ella: podrá dar concejo, reintegrarse al mundo, engrosar las filas de los ancestros e incluso mejorar hasta ser Loa. Esto constituye la esencia del wete mò nan dlo. Puede aparecer también, con variantes, como retirer d'en bas de l'eau.
Me enorgullece el arreglo/sólo acórdico y que todavía pueda soplar cosas en mi viejo saxofón.
3. Vevé: corresponde a los glifos cargados de poder que expresan a Los Dioses, con uno especial asignado particularmente. Mucho hubiera podido conversar Cornelius Agrippa (1486-1585) con alguna Manbo o Houngan sonriente al verlo mostrar sus alfabetos planetarios, hermanos de tinta con los vevés. Aventuro que la Manbo en cuestión, la que hubiera recibido en su hogar al alquimista, hubiera sido la venerable Marie Laveau (1794-1881).
Para esta composición traje pentafonía inventada sobre monádica armonía cuartal, algo de flauta, clave de ibo y al veloz Ruy, mejor teclador que yo.
4. Radá/Petró: la nación de Rada pertenecen los Dioses y ceremoniales dulces, protectores e indulgentes, de la mano izquierda; a la nación Petró pertenecen, por su parte, los Dioses agresivos e implacables, de la mano derecha vengadora, pues abierta sigue la herida de la esclavitud. No obstante, ni los unos están exentos severidad, ni los otros de rectitud. Maya es clara: no es el mal ni el oxidado binomio cristiano, sino la rabia y el ímpetu que les dio la segunda liberación colonial, tras la de Estados Unidos. Incluso, el concepto de nación puede derivar en naturaleza: un mismo Loa puede tener rostro Rada o Petró.
Conviene aclarar que también puede encontrarse la nación Kongo, es decir, de Dioses cuya patria es decididamente el Africa física; no obstante, esta distinción parece obedecer a un criterio más histórico que teológico, pudiendo un espíritu ser parte de la nación que les plazca.
Una subespecie de yanvalú o Jean Valou en batería, que es clave sacra en Haití. Su leit motiv, hecho hace tiempo, creo verlo como mi primer intento adoles-ente de hacer jazz. En el medio, actuales aporreos en tonos enteros. ¡Gracias Thelonious!
5. Chwal: o caballo, es el acto de un espíritu, quizás un Loá, que monta en especial ocasión el cuerpo de una persona, ascenso firme a la cima orgiástica del rito. Durante ella el cuerpo se hará cargo de la nueva personalidad ingresante, desplazando a aquella que lo ocupaba en el cotidiano. La posesión danzadora, clave del culto, atestiguamiento del poder munificente e intenso de Los Dioses, trata de ser aunque sea sugerida por un desarrollo en tres momentos. No podía confiárselo a nadie más que Azu, La Negra.
6. Cécile: Fatiman (1771-1883?) la sacerdotisa que presidió, con 20 años de edad, la ceremonia de auspicios en Bois Caiman, enclave independentista de los negros explotados en los ingenios azucareros y cafetales. De allí emanará la revancha contra la crueldad francesa, minoría rica y dueña de la mitad de la isla que fue alguna vez de los taínos. Pensé en las audacias del último Trane y Rahsaan Roland Kirk.
Acá me salió algo que quizás no me vuelva a salir: semi-modular, puesto que la descarga de cuartas con la mano derecha lo hace, no así el ostinato de la izquierda. Dibujando esos fragmentos de aire, con su pincel afilado de orquestas, Maby en escala bartokiana para la ocasión.
7. Mèt Tèt: es el nombre del espíritu guardián de una persona, residente de su cabeza. ¿Cómo no ser politeísta si en todo el globo se devocionó a la parte etérea, privada y mejor de uno mismo, que nos cuida y quizás ya, ahora, limpia lo peor de uno? El daimon que a la inversa tuvo que defender Sócrates, las esposas y esposos espirituales del chamán siberiano, o incluso los shikigami de los hechiceros japoneses. Como en el axis mundi Potomitan, veo puentes en todos lados, y me alegro.
Quise remontar a los orígenes del jazz en Nueva Orleans, ciudad pantanosa y segundo bastión vuduísta, con un puñado de tresillos para mover la patita. ¿Qué mejor que el alto de Lau, musculoso rayo solar?
8. Lafrik Guinen señala la patria mundana y divina: Guinea en particular, pero todo el continente africano en general. La poesía del vudú recuerda de donde vinieron sus Dioses y sus antepasados, unidos íntimamente a los Orishas de la Ile Aiye. Percutimos irrestrictamente con Juajas Juja Julia, gran amiga y sostén tamborero de toda esta ofrenda.
Dice McCalister, hablando también sobre el ya mencionado Augustin (284):
Ginen se refiere al África desde donde fueron transportados los antepasadosafrohaitianos durante la trata de esclavos, pero figura más como un hogar ancestral cosmológico y un lugar de purificación que existe fuera del tiempo y el espacio históricos. Frisner era un producto de Ginen en todas sus formas, un descendiente de africanos esclavizados y autoliberados que también era un sacerdote del tambor llamado e iniciado por los espíritus de Ginen, según sus deseos, que tocaban a su antojo.
9. Maryaj Lwa es una boda, pero no cualquiera: es la que hará uno con los espíritus, cuya proposición puede ser por parte de ellos mismos. Tal vínculo sella el amor recíproco, de deberes para con ellos, de protecciones para con nosotros. Tremendas potencialidades serán anidadas por este compromiso, prácticamente iniciático. Batagi cuenta que es común ver personas portando varios anillos que señalen su lazo, e incluso, que algunos espíritus puedan demandarte, celosos, que también te unas a ellos. Resulta lógico: casarse con la melosa Erzulie Freda no dejará impasible a la magmática Erzulie Dantor.
Algo así como una guajira que divide dos tonos: el primero es la persona, el otro el misterio que le ha propuesto el casamiento. Fran demostró con su sólo ser un gran arreglista de cuerdas.
Finalmente, no me queda más que agradecer a todas las personas que sumaron su océano a este grano de arena, especialmente a Juli y Fran, que fueron quienes más tiempo les consumió de una u otra forma. También a Pablo Martínez, juglar y caminante de la visión, por algunos bancos de sonido exportados desde lejanas tierras.
Termino con palabras superiores a las mías, como los son las de Price-Mars:
¡Ah! Amigos míos, mi corazón no es lo bastante grande para contener todo el amor que siento por todos los hombres. No hay lugar en él para el odio. Pero no puedo impedir estremecerme de horror cuando pienso en la carnicería y destrucción cuya aplicación ha sido seguida aquí, y allá, en el viejo continente, con un método implacable, por aquellos que se envanecen de pertenecer a una humanidad superior [...]
[...]
Por favor, amigos míos, no despreciemos más nuestro patrimonio ancestral. Amémosle, considerémosle como un bloque intangible.
Bibliografía
Martínez Montiel, Luz María. (2005) El Exilio de Los Dioses: Religiones Afrohispanas.
Mirabeau, Daniel. (2019) Complejo danzario musical de las comunidades haitianas de Cuba. https://www.academia.edu/39020361/Complejo_danzario_musical_de_las_comunidades_haitianas_de_Cuba
McAlister, Elizabeth. (2022). Necroscape and Diaspora: Making Ancestors in Haitian Vodou. Spirit Service: Vodun and Vodou in the African Atlantic World. https://www.academia.edu/80401909/Necroscape_and_Diaspora_Making_Ancestors_in_Haitian_Vodou
Tarter, Andrew (2015) Trees in Voodoo: An Arbori-cultural Exploration. Journal for the Study of Religion Nature and Culture 9(1):87-112. (99) https://www.researchgate.net/publication/277075444_Trees_in_Vodou_An_Arbori-cultural_Exploration
Blog de Alex Batagi, Rock Of Eye: https://rockofeye.tumblr.com/
De León, I. (2017). Divine Horsemen de Maya Deren: una visión avant-garde del vudú haitiano. Memorias: Revista Digital de Arqueología e Historia desde el Caribe (enero-abril), 98-121. https://rcientificas.uninorte.edu.co/index.php/memorias/article/view/8875/10014