Las catarsis que vienen
Es una necesidad personal el sacar de mi cabeza y de mi compu todos los castillos de cartas que fui apilando, sean de sonido o de verbo sus torres, sus almenas, sus matacanes. Mucho hablé por acá de lo acumulado y de mi lenta pero firme descarga de cosas; hoy vengo con más firmezas. En el horizonte las posibilidades materializar son mejores desde lo autogestivo, y peores desde lo contextual.
Vengo con alguna suerte: la primera obra de títeres se estrena este domingo; los Endriagos patearán de nuevo a Carrito, La Liga y Doña Federica; Juicio Final S.A tiene alguna posibilidad de continuar y Una Construcción de La Soledad será apoyada por las Residencias BREC del Ana Pavlova.
Música
Misas: con la de Basílides y Perdurabo ya estoy hecho; quizás a futuro y completamente de cero (lo que no implicará entonces una urgencia, supongo) me desempeñe en otra, basado en las dos grandes obras de Rilke: su Duino y su Orfeo.
Liturgias arbóreas: homenajes piadosos en forma de música a los Dioses del gran círculo azul que es nuestro mundo. La primera que mostraré es Sakura, piezas para piano sobre las prácticas y conceptos del shinto´´ismo. Le seguirá Shu, sobre el taoísmo, para sintetizadores. Luego Pitis, sobre una visión personal del politeísmo griego, para coro y orquesta, ya en la forma de un himnario con poemas. La cuarta liturgia será Dair, en forma de varias danzas para conjunto folk, servible a la práctica wicca. Y finalmente (por ahora) Nehet, para ensamble de jazz fusión oriental, en torno a Sobek, Ra y otras entidades del poderoso Egipto.
Hasta ahí las que ya están compuestas: con los años espero ahondarme lo tanto como para extender mi piedad al Inca, al Veda, al Acadio...
Las hipótesis: con un poco más de relajación (muy necesaria, dada la temática) quizás suba instrumentales investigantales sobre el suicidio.
Canciones: diferentes albumes que se podrán ramificar como proyectos individuales. Tengo que terminar de subir (cuando encuentre cantantes con ganas y tiempo) los temas de 2016 y Cartoncito. Puede que empiece con el primero de los tres volumen de musica folk, llamados Teúrgica. Luego La Andariega Trova Hechizada, para un trío de folklore. Sublunar, de soul más o menos minimalista. Frenia, de rock un poco asalvajado izquierdamente Joy Division y diestramente King Crimson. El segundo volumen de Ile Kay | Aiye Pacha, ahora yendo lo electrónico hacia el formato banda afrobeat.
De a poco puedo adelantar algunas de estas cosas: las más asibles para mi pobre máquina. También debería subir unas cancioncitas en ukelele.
Literatura
Poemas: veo un poco más posible que antes el publicar o los Intersticios, fragmentos cortos y porchianos, o un compilado de 65 páginas word medio oscuro.
Novela: puedo redimir mi novelato anterior publicando algo que me sea más digno, y es el Libro de Quienanda.
Teatro: ¿Encontraré dires para las cosas ya hechas pero muy huérfanas? ¿Lograremos mantener a flota los proyectos que ya los tienen?
Quizás podría publicar lo publicable, ver qué proyectos puedo sostener para girar por el vivo (quizás Sakura, Teúrgica, La Trova, encontrar una orquesta amable y que no me prejuzgue para Pitis). ¿Y luego? alguna paz mental, seguro.
Podría, en ese momento, largar los juegos de mesa, preparar la nueva isopsefia, escribir las obras de teatro que me faltan (para hacer valer los títeres que tengo durmiendo en cajas). O darme el respiro fértil, cosa de que los formatos grandes como Ile Kay, Frenia o Sublunar prosperen a su debido tiempo. En unos cuantos años revisaré mis cuentos y mi teatro para publicarlos.
Y con el 50% o más de todo lo aqu´í enlistado, más tranquilo, menos picado de ansiedades, hasta podría reveer mi vida misma; lo logrado y lo inlogrado. Puede ser que sea poco estratégico volcar años de creaciones en tan poco, pero con suerte acaso pueda llamar la atención con algo. Calculo un par o dos pares de años; ya debería tener mi carrera encarrerrada, alguna experiencia en escenarios, el apoyo de algun o algunos conjuntos.
Si no funciona ni la carrera ni los libros ni las músicas bueno... Siempre estará Youtube para quien quiera acercarse a las cosas que hice. Mientras el inlogrante se estará yendo a los cerros, o a quién sabe donde, a recuperar su incipiente noviazgo con la agricultura.