La fabricación de odiantes, tibios y otros
Hay una cadena de montaje añosa, capaz de producir a los hoy muy violentos defensores de la derecha reinante (gobernante sería decir una suavidad) y a los que cayeron en la trampa del "son todos iguales". También es cadena zincada que aprisiona, aunque te la vendan como unión; cómo enorgullecer por igual a Ford y a Udovo, supongo.
Estos nuevos y variados productos, hechos para el consumo y rápido descarte de los monopolios, presentan características comunes:
- Vienen de las clases altas, medias, o medias advenedizas. La realidad es juzgada por la vara de sus jugosas oportunidades.
- Fueron fachizados: son racistas vehementes al atribuir todos los males de este mundo al negro catinga (o de alma, ¿Recuerdan esa expresión?) que roba/corta, a las putas y a los putos, a los zurdos de mierda, a los indios... Y quieren bala para todos, como cierto diputado. Se la pasan en las redes sociales comerciando veneno, hasta en sitios vituales a los que por natural no irían, casi como soldados arrojados a campo enemigo.
- Fueron fachizados 2.0: quizás no aprueben los genocidios militares de los 70´ , ni arengen el "Dios, Patria y Familia", como los del grupo ya consignado, pero siguen teniendo la masculinidad como un jarrón chino, predican incelismo y echan la culpa de su sequedad sexual a todos menos a sí mismos, o reprimidazos que jamás jamás jamás admitirán que un chico les pareció lindo. Entonces, la esterilidad de estos nuevos partidos les resulta una contención; un paralelo desafortunado al que esconde la bomba que va a explotar abajo de la alfombra.
- En el mejor caso, la fachización no es total y los deriva en meros desconfiados del sistema político, que quizás, en un punto, tengan argumentos... aunque no les sean enteramente propios. No obstante, el tibio, el que tiene laburar igual gane quien gane olvida que con su silencio beneficia al que le quitará, temprano o tempranísimo, derechos laborales. Derechos que no ha conquistado, ni defendido, pero que exigirá en algún día del futuro.
- Fueron rellenos con la hormona del individualismo fácil: algo bien capitalizado por todo el aparato del meritócrata, del chico business que lee sus tomos de autoayuda y coaching, bien plantado en una globalización que premia el éxito en apariencia individual: emprendimientos, onlyfans, gamers, quincesegunderos de fama, humoristas, artistas.
- La tecnología les ayuda a anestesiar cualquier empatía: ¿Para qué hacer algo si todavía tengo plata para pagarme el wifi? ¿Para qué estar vivo si puedo estar distraído, que es más fácil?
¿Y quien es el responsable, el fabricante, el inoculador de estas cegueras?
No me queda duda: es el imperio mediático clarinense, que lleva más de una década construyendo la fe de un pueblo en su mortal enemigo, su ladrón, hoy de cara más lavada, con un diccionario en la mano para incorporar terminología nueva, con un reluciente Fiat Kronos en la puerta de la casa... y el Falcón en el garage de un amigo.
Las izquierdas y centros de hoy han cometido errores, no han construido confiabilidad, es una verdad inobjetable. Pero no hay error que justifique el horror.
¿Un horror que viene? No, uno que ya llegó.
Afirmo señor ministro queSe murió la verdadHoy día se jura en falsoPor puro gusto no más
Engañan al inocenteSin ni una necesidadY arriba la libertad
Violeta Parra