Hacia una reedición de "Chelsea Girl"

16.03.2025

Desde hace años que tengo una vena niconiana empujándome sangres por el torrente. Única en su especie, luego de tirar del mantel lleno de sucios platos industriales, puso en la mesa una poética antigua, un armonio no direccionado con efluvios de catedral abandonada,  y luego, en los 80, sus loops de sintetizador esquizoide. Al frente de todo eso, una voz de glaciar rompiéndose. Casi todos se levantaron y huyeron al Mc más cercano, pero otros vinieron: su innegable influencia en la escena gótica posterior son prueba de su acierto.

Nico (junto a su adalid, John Cale) es de la raza sonora de Nina Hagen, Beefheart, Sun Ra, los Doors, Kate Bush, Peter Hammill, Björk, Ian Curtis y John Zorn: bichos escarbadores con algún signo de Escorpio latigueándoles  la vejiga, en busca de su propio metal extraño bajo tierra.  

Así es en todos sus discos, salvo el primero: Chelsea Girl (1967), aun bajo la sombra warholiana/velvetiana. Y aunque vale por sí mismo, el album fue adulterado por el productor Tom Wilson y el arreglista Larry Fallon con capas de cuerdas y flautas, sin consultarle a ella.

Insisto en que el álbum es genial así como está; no pongo en duda el toque del legendario Wilson (quien trabajó con el mencionado Ra, Zappa, Dylan, Simon & Garfunkel). Pero en honor a la visión de la artista, creo conveniente que debemos saldar la deuda contraída con un rehacer ligado a las que fueron sus instrucciones explícitas: más guitarras, con batería, más austero.

Algo que, bien asesorado, puedo hacer. Dicho lo cual, con mi manija y mi descaro, me dispongo a mandar una carta virtual a Verve, dueños de su material. Con la esperanza de que me permitan disponer legalmente, incluso con sus aseguradas tarifas, del material.

Terminado, reza lo siguiente:

Estimado equipo de Verve Records:
Me llamo Leonel Elizondo y soy un músico independiente, escritor e inventor de Argentina. Me dirijo a ustedes con profunda admiración por sus invaluables contribuciones a la industria musical y, en particular, por el legado de Nico y su álbum Chelsea Girl.
Es bien sabido que Nico imaginó una dirección artística diferente para este álbum. Como recordó en las notas de la reedición de The Velvet Underground & Nico*, originalmente deseaba un sonido más simple, con más batería y guitarras, elementos que, en su opinión, se ajustarían mejor a sus intenciones artísticas. Con esto en mente, me gustaría consultar sobre la posibilidad de reeditar Chelsea Girl de una manera que refleje mejor su visión, con mis escasos recursos, pero con una firme determinación.
Agradecería enormemente cualquier orientación sobre los permisos, licencias y cualquier otro trámite necesario para explorar esta iniciativa. Mi intención es contribuir, aunque sea mínimamente, al reconocimiento y reposición del legado de Nico en el lugar que realmente merece en la historia de la música.
Gracias de antemano por su tiempo y consideración. Aprecio profundamente su labor de preservación y homenaje a los artistas de su sello. Espero con interés cualquier información que puedan proporcionarme al respecto.
Atentamente.

*La reedición deluxe del año 2002, según las notas del album hechas por Dave Thompson

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